No DeBeRíAs EcHaRmE dE mEnOs
Después de aquella noche la ropa de los dos quedó tendida por el suelo marcando el camino a la entrada del apartamento. La luz escasea, pero a medida que amanece la habitación se torna en una atmósfera color añíl. Con el primer rayo de sol atravesando la ventana Sofía abre los ojos, de pronto, como asustada. Permanece así unos instantes pero en poco segundos ya se ha incorporado y ha dejado caer su mirada para contemplar a Pablo, quien placidamente dormido no se ha percatado de nada.
Ya en pie busca desenperadamente la camiseta que se quito ayer en algún lugar, los pantalones, unos zapatos de tacón... Alcanza un pedazo de papel y con lo primero que encuentra, un rotulador de punta gruesa, escribe precipitadamente: Nunca olvidaré lo guapo que estás cuando sonríes Me voy, lo siento. No deberías echarme de menos. Mil besos. Y dejando el papel en su lado de la almohada abandonó la habitación... ¿A él? A él le abandonó hace ya mucho mucho tiempo.
Ya en pie busca desenperadamente la camiseta que se quito ayer en algún lugar, los pantalones, unos zapatos de tacón... Alcanza un pedazo de papel y con lo primero que encuentra, un rotulador de punta gruesa, escribe precipitadamente: Nunca olvidaré lo guapo que estás cuando sonríes Me voy, lo siento. No deberías echarme de menos. Mil besos. Y dejando el papel en su lado de la almohada abandonó la habitación... ¿A él? A él le abandonó hace ya mucho mucho tiempo.
3 comentarios
Ever After -
Y Mauricio, el no haberte atrevido a irte así significa que eres muy valiente, aunque en realidad parezca todo lo contrario...
Un beso a los 2!
Mauricio -
Pero la forma como lo relatas es emocionante, seguro que un dia lo hare
Tharsis -